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La crítica moderna nació de una lucha contra el Estado absolutista; a menos que su futuro se defina ahora como una lucha contra el Estado burgués, pudiera no tener el más mínimo futuro.

Terry Eagleton
The function of Criticism, 198
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Nota de SANDRA LÓPEZ, revista Posdata, Montevideo, 15 de setiembre de 2000

M'HIJO ASTERIÓN

Minotauro 1: Pedro Abelardo -teólogo y filósofo francés del alto medioevo- y Eloísa, su discípula, vivieron una historia de amor que se transformó en leyenda. El canónigo Fulberto, tío de Eloísa, no estando de acuerdo con que la relación fuera otra que la de escolar-maestro, hace castrar a Abelardo, quien termina sus días en la abadía de Saint Denis, mientras Eloísa es destinada a envejecer en el convento de Argenteuil.

Minotauro 2: Pasifae, esposa del rey Minos de Creta, se enamora desesperadamente de un toro blanco y da a luz un monstruo mitad hombre y mitad toro, que el rey encierra en el laberinto de Cnosos, construído por el artífice Dédalo. El Minotauro debe ser alimentado con carne humana: cada nueve años los atenienses enviaban a siete muchachos y siete muchachas al sacrificio para saldar la muerte de Androgeo. Teseo, hijo de Egeo (rey de Atenas), con la ayuda de ariadna -hija de Minos y poseedora del hilo que permite rastrear la salida del laberinto- da muerte a la bestia y termina con el horrible tributo.

Minotauro 3: el hilo) De estas dos leyendas de pasión se sirve Carlos Rehermann (narrador que se iniciara en el drama con Congreso de sexología, 1999), para fundar una nueva y vernácula: Minotauros, que reúne e identifica de forma fluida y contundente a sus personajes, hilvanando con fino pulso la proyección dramática necesaria hasta alcanzar el clímax final.

Minotauro 4: el cuerpo y la letra) Aunque muy exigente para la interpretación, el lenguaje es austero y a través de él discurren los personajes con particular belleza y credibilidad, ya que este solvente elenco -destacando las labores de Lila García y Marcel García Campiglia- es capaz de articular con elegancia y solidez algo poco común dentro del teatro uruguayo: el cuerpo y la letra.

Minotauro 5: monstruo con buen gusto) la dirección de actores - a cargo de Roberto Foliatti y Sandra Massera- y un elenco disciplinado y talentoso amalgaman los distintos rubros y técnicas implicados en esta impactante puesta. la música contemporánea elegida, más los tramos cantados por las actrices, la escenografía despojada -que aprovecha al máximo las posibilidades de la sala de Puerto Luna-, el vestuario sugerente pero simple, sumados a una mínima utilería, reafirman que la inteligencia y el buen gusto pueden suplir la escasez de recursos materiales (nunca muy a mano por estos lares del Plata) y acentuar la calidad escénica.

Minotauro 6: M'hijo Asterión) Aunque lejos de lo folklórico o lo costumbrista, Minotauros emerge en la producción uruguaya como una obra a la altura de Barranca abajo o M'hijo el dotor, de Florencio Sánchez, y Carlos Rehermann se inscribe como una referencia inevitable, a partir de aquí, dentro de la dramaturgia nacional.

LEA CRÍTICA DE PRENSA CHILENA Y REPORTAJE A SANDRA MASSERA.